miércoles, 8 de mayo de 2019

'Mi expareja abusó sexualmente de nuestro hijo

Abuso sexual infantil
Según los expertos, en el 90 por ciento de los casos de casos de abuso sexual, el presunto agresor es un miembro de la familia.
Foto: 
Archivo EL TIEMPO
Por: Heidi Tamayo Ortiz
 
07 de mayo 2019 , 07:17 p.m.
Teresa* empezó a sentir temor de su esposo cuando los maltratos sicológicos, verbales y físicos se incrementaron. Su primer hijo había nacido y ella se sentía sola, su familia no tenía permitido ir a visitarla y ella no podía salir. Cuando el miedo la dominó, decidió irse con su niño de 2 años a la casa paterna. Desde entonces, asegura, vive una pesadilla.
“Empezamos a dividir el tiempo con el niño. El papá lo recogía en la guardería, se lo llevaba, yo luego lo recogía en la casa de él. Después me dijo que se iba de la ciudad a trabajar, pero no me estaba ayudando lo suficiente con la manutención del niño, estaba aportando el 15 por ciento del total, pese a que ganaba cuatro veces más que yo. Fui a la comisaría para un proceso de alimentos”, cuenta la mujer. 

Después, el abogado de su exesposo le solicitó a la comisaría que abriera un expediente por negligencia de la madre, pero aportaron solo partes de la historia clínica. “Yo entregué la historia clínica completa y el comisario consideró que no había que abrir proceso porque el niño estaba bien”, dice Teresa.
Empezamos a dividir el tiempo con el niño. El papá lo recogía en la guardería, se lo llevaba, yo luego lo recogía en la casa de él
Teresa cuenta que su expareja propuso que el pequeño pasara ocho días en Medellín y ocho en la ciudad donde vivía el padre. Pero, para ella, someter a un niño de 2 años a esta rutina no era pertinente, por lo cual, al final decidieron que él podría estar con el niño una semana al mes, en el área metropolitana, pasar con él un fin de semana cada 15 días y verlo cuando lo deseara. Las visitas se desarrollaron tal como lo ordenó el juez.

“El niño empezó para atrás, triste, con pesadillas, me tocó pasar mi cama para el cuarto de él. En noviembre (2018) me dijo que el papá le había hecho con un chuzo en el ano, eso para uno no puede ser verdad, pero empecé a preguntarle y me dijo que cuando pasaba eso, estaban sin ropa. Lo llevé a la clínica y estuvo tres días hospitalizado, activaron el código fucsia. Fuimos a Medicina Legal, lo revisaron y dijeron que esa no era la primera vez que le hacían eso al niño”, sostiene la mujer.

A partir de ese momento, angustiada, inició un largo camino para denunciar el caso. Según el dictamen de Medicina Legal, el menor de edad tenía daños en su ano y las pruebas sicológicas determinaron que el pequeño daba un relato claro sobre el hecho. 
Teresa se dirigió a la misma comisaría, donde abrieron un nuevo expediente por presunto abuso sexual y dictaron medidas de protección al niño. Pero, el comisario cerró el caso y lo remitió al Icbf.
El niño empezó para atrás, triste, con pesadillas, me tocó pasar mi cama para el cuarto de él
“Cuando acudí al Icbf, me dijeron que debía permitir que el niño amaneciera donde el papá. El agravante es que el abogado del papá de mi hijo es capacitador del Icbf en varias regionales del país y muchas veces me amenazó y me dijo que acá importaban los contactos que él tiene”, cuenta Teresa. 

Aunque ella es una mujer que trabaja en una reconocida empresa de Medellín, ha tenido que recurrir al apoyo económico de su familia para pagar su abogado y viajar constantemente a Bogotá en busca de ayuda de la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General de la Nación. 

Ha recurrido a todos los recursos legales para que su hijo, ya con 3 años cumplidos, sea protegido hasta que se concluya la investigación sobre el presunto abuso sexual por parte de su padre. Ya tiene una amplia carpeta con documentos que dan cuenta del caso.
Sin embargo, en las últimas semanas venía recibiendo múltiples llamadas del Icbf en las que le ordenaban llevar al niño a una de las sedes en Medellín para que pasara cuatro horas con su papá. El pasado viernes el encuentro se dio. 

“No hay objetividad ni imparcialidad, aquí la sicóloga y el defensor me tratan como si yo tuviera culpa de algo. Nos dicen que si un niño dice que es víctima de abuso sexual, hay que creerle, pero luego estigmatizan al que le cree”, expresa.
Nos dicen que si un niño dice que es víctima de abuso sexual, hay que creerle, pero luego estigmatizan al que le cree
"Creer el testimonio de un niño víctima de abuso sexual es clave"
Justamente, creer es clave en el abuso sexual infantil, dice enfática Margarita María Gómez, primera dama de Medellín, quien lidera estrategias de atención y prevención de este delito en la ciudad, donde en 2018 se registraron casi 2.000 denuncias. Lo más preocupante es que casi en el 90 por ciento de los casos el presunto abusador es un integrante de la familia. 
“Nos pusimos la tarea de visibilizar esta dolorosa realidad porque el abuso sexual infantil siempre ha sucedido pero muchas veces se ha normalizado, lo hemos permitido como sociedad, lo callamos o no tomamos acciones”, manifiesta la Primera Dama, quien reitera que los testimonios de los niños deben ser creídos siempre.
Abuso sexual infantil en Medellín
Denuncias en los últimos 3 años
2016 (29.51%)2017 (34.04%)2018 (enero noviembre) (36.44%)
Denuncias por edades
0 - 5 años6 - 11 años12 - 172018 (ener..201720160100200300400500600700800900
Denuncias por género en 2018
Niñas (85%)Niños (15%)
Comunas con más denuncias en 2018
La CandelariaPopularManriqueRobledo050100150untitled
Fuente: Consolidado Personería de Medellín
Sobre casos como el de Teresa, Gómez indica que no es el único en Medellín, por lo cual una de las apuestas de su despacho es articularse con instituciones que velan por los derechos de la infancia y fortalecer la formación a los funcionarios que atienden a los niños víctimas de abuso sexual. 

Para Teresa, el testimonio de su hijo no fue tenido en cuenta. Por eso, interpuso una acción de tutela contra el Juzgado de Familia, el Icbf y la Comisaría que atendieron su caso. 

Entre tanto, fuentes del Icbf explican que ante denuncias por abuso sexual infantil, “el comisario de familia es la autoridad administrativa encargada de atender los casos de violencia intrafamiliar, mientras que los defensores de familia del Icbf atienden los casos de violencias contra niños, niñas y adolescentes (NNA) que se presentan por fuera del ámbito familiar”.
Lo último que supo Teresa este lunes fue que la defensora de familia del Icbf que lleva su caso le pidió a un juez que analice la posibilidad de retirar al niño de su medio familiar de origen, en tanto que la madre le está vulnerando sus derechos y obstaculizando el trabajo del Icbf para que estos se protejan. 

Mientras que en Fiscalía avanza la investigación del caso, ella sigue esperando la respuesta a la acción de tutela. A la vez, teme sobre las decisiones que tomen las autoridades. 

“En el encuentro con el padre, él le llevó juguetes, dulces y estaban en un espacio agradable. Obviamente, el niño estaba feliz. Supongo que al final, la sicóloga dirá que él está muy feliz en compañía de su papá. Pero como madre, no puedo olvidar que hay un posible abuso sexual”, puntualiza. 

*Nombre cambiado para proteger la identidad del niño

HEIDI TAMAYO ORTIZ
Redactora de EL TIEMPO
Medellín

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