Adolfo Zableh Durán fue abusado sexualmente cuando tenía cinco años, eso marcó su vida y no fue “fácil decirlo”. El periodista barranquillero se atrevió a escribir sobre su tragedia personal en una columna de opinión que publicó el diario El Tiempo la semana pasada y que de lejos –dice– ha sido el escrito de su pluma que más repercusión ha tenido.
No está interesado en enjuiciar pública ni legalmente a la persona responsable, tampoco se quiere convertir en un abanderado de la lucha contra el abuso sexual infantil -aunque muchos ya lo ven así-. Zableh solo quería dejar de cargar ese “piano” emocional que lo atormentaba y que le dio origen a su tartamudeo, al misógino que salía a relucir en algunos de sus escritos, al resentido con el planeta.
Sentarse frente a su computador y decidirse a contar el hecho fue motivado, en parte, por el mensaje de la película Spotlight, recientemente estrenada en Colombia. El filme, basado en hechos reales, narra la forma como unos periodistas del Boston Globe destaparon los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas de Massachussets.
Zableh habló con EL HERALDO sin tapujos, tartamudeando poco. Afirma que ya no tiene miedo y perdonó a los que tenía que perdonar, incluso a sus padres, que todo hace parte del proceso de superación en el que todavía se encuentra.
Salió de ver la película ‘Spotlight’, pero ¿hace cuánto tenía ganas de escribir sobre el abuso del que fue víctima?
Yo venía de años enteros de negación, de fingir estar bien, de que no me importaban las cosas, pero en realidad sí era un ser muy sensible y sí me afectaba todo lo que pasara o me dijeran. Yo ya venía de un proceso de un poco más de un año en el que hice terapia con psicólogo, retiros espirituales, incluso llegué a tomar hasta yagé y esta columna fue un paso más en esto que estoy haciendo.
¿En su caso le gustaría que se hiciese justicia?
No, y tampoco lo estoy buscando, lo que fue, fue. Cuando uno toma este tipo de decisiones en la vida es porque usted ya ha soltado eso, ya perdonó, ya no importa lo que pasó y lo que importa es lo que viene. No me interesa.
¿Cómo llegó nuevamente a su mente ese suceso?
Yo no me acordaba, eso pasó en 1980, yo tenía cinco años. En el año 2000 hablando de algo con mi mamá me preguntó que si yo me acordaba de lo que había ocurrido y le dije que no sabía de lo que me estaba hablando, entonces imagínate, a los 25 años, 20 años sin saber qué era lo que había pasado, enterarme de esto fue un shock, pero la verdad al día de hoy no recuerdo qué fue lo que pasó.
¿El único recuerdo que tiene es el lugar dónde ocurrió?
Sí, no fue en mi casa, fue en otra casa que yo frecuentaba. Yo sí les conté a mis papás cuando me recogieron ese día, pero mi mamá me dice que no me veía nervioso ni contrariado, simplemente se los dije y quién sabe qué estaba pasando por mi cabeza en ese instante.
¿Sus padres le contaron de qué tipo de abuso sexual fue víctima?
No, la verdad hasta allá no llegamos.
¿De ese hecho traumático se desprende su tartamudez?
Sí, cualquier niño está expuesto a cualquier trauma, no solamente sexual, puede ser un accidente, puede ser lo que sea. En mi caso fue eso (el abuso) y más allá de eso, la clave para superar ese trauma es la forma como se afronte y en el mío no se afrontó tan bien, entonces ese afrontarlo mal ayudó a que se acentuara mi tartamudeo y ese odio hacia el planeta en vez de superarlo.
En algunas de sus columnas, en su blog, usted escribe cosas muy fuertes relacionadas con el tema del sexo y la mujer, incluso algunos de sus críticos lo califican de misógino. ¿Cree usted que escribía así por el evento que le ocurrió de niño o porque ese es su estilo?
Claramente esta relacionado. Yo tenía con mi mamá una relación muy deteriorada y claramente al no estar bien con la mujer que me dio la vida no iba a poder estarlo con ninguna otra, sumado al entorno de la Costa que es muy machista, muy misógino, y en el que la gente muchas veces no se da cuenta de eso. Si se le mezcla eso el coctel estaba ahí y claro que mi forma de escribir tenía que ver con eso.
¿Cómo es hoy día su relación familiar, especialmente con su mamá?, ¿tengo entendido que su padre ya falleció?
Sí, él ya falleció. Con mi mamá la relación la estamos reconstruyendo y la cosa va muy bien, sobre todo porque no es algo forzado sino muy natural. Yo ya perdoné, ya solté, lo que pasó no importa y lo único que me interesa es estar bien y que por supuesto mi mamá y la gente que está a mi lado también lo esté. Repito, la estamos reconstruyendo y obviamente siempre hay cosas del pasado que se recuerdan, pero en resumidas cuentas en algún momento de mi vida fui muy cercano a ella, luego nos alejamos montones en distancia y sentimentalmente, pero ahora la onda es otra y ella está muy feliz.
Con esa columna se quitó “un piano de encima”, ¿cómo se siente eso?
Es muy liberador, porque al poder hablar de esto ya no tengo que fingir, que posar, simplemente tengo que ser yo.
¿Por qué se fue de Barranquilla, cree que el abuso sufrido influyó en la decisión?
No, yo me fui a Bogotá a terminar el último año de colegio porque a mi papá lo trasladaron por su empleo. Al yo venirme con mi familia esta ciudad (Bogotá) se convirtió en mi casa. Aquí empecé a estudiar, primero economía y después periodismo. Por lo que yo hago prefiero estar acá porque están las sedes de los medios más importantes.
Usted estuvo a punto de casarse…
Yo me comprometí, terminamos la relación precisamente porque si no iba a estar bien con mi mamá no iba a poder estar bien con ninguna otra mujer que se metiera conmigo. Lo volvimos a intentar el año pasado pero en este momento por situaciones de la vida no estamos juntos. En este momento ella está por fuera de Colombia, no va a regresar por ahora y eso impide que tengamos una relación.
Como hijo que sufrió un abuso y violencia intrafamiliar, sobre todo de parte de su madre, qué le dice a esos padres que están cayendo en el mismo error y no escuchan a sus hijos…
Como todo esto es una espiral de abuso y de violencia social e intrafamiliar que viene desde el origen de los tiempos, gente afectada emocionalmente no va a poder criar gente sana. Lo que yo diría es que cuando uno se mete a formar un hogar lo primero que se debe hacer es ser consciente de que uno debe estar lo más sano que se pueda y a partir de ahí empezar a generar lazos y extender su familia (…) uno cree que sus padres son invencibles y la verdad es que están tan quebrados que criar hijos les resulta muy difícil.
¿Y eso era lo que sucedía en su caso?
Básicamente sí. Mi papá, mi familia en general, como cualquier otra, no era excepcional y esa es en la que me tocó nacer. Tenía una cantidad de rollos (conflictos) y esa (mezcla) arabecosteña es gigante y genera una cantidad de disfunciones que se transmiten de generación en generación.
Abuso sexual en Colombia
Cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) con corte al 30 de noviembre pasado indican que durante el 2015 ingresaron a protección de la entidad 7.440 niños, niñas y adolescentes por motivo de abuso sexual. El registro más alto lo arrojó Bogotá, con 1.273 casos; Valle del Cauca, con 620, y Cundinamarca, con 509.