domingo, 20 de noviembre de 2016

Colombia



En Colombia, cada una hora dos niños son víctimas de abuso sexual

Un informe de Save The Children sobre la situación de los menores en el país latinoamericano encendió las alarmas. La mayoría de los casos de violencia sexual se dan en el entorno intrafamiliar

La mayoría de las víctimas son niñas entre los 10 y los 15 años (istock)
La mayoría de las víctimas son niñas entre los 10 y los 15 años (istock)
Cada sesenta minutos, dos niños llegan a los centros de salud colombianos por haber sido presuntamente víctimas de abuso sexual.Además, cada día, tres menores de edad son abandonados y dos, asesinados, informó el sábado el diario El Tiempo, de Colombia.
Las escalofriantes cifras son parte de un informe publicado por la ONG internacional Save the Children con motivo del Día Universal de los Niños y las Niñas, que se celebra este domingo, y del aniversario número 27 de la Convención de los Derechos del Niño, que fue aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1989 y suscrito por Colombia.
Entre los datos sobre violencia sexual contra menores colombianos que recoge el documento –basado en cifras oficiales de la oficina de Medicina Legal del 2015 y otras instituciones– hay algunos tan aterradores, como que el 75 por ciento de los exámenes que lleva a cabo Medicina Legal para determinar si alguien sufrió este flagelo son practicados a menores de 14 años.
Asimismo, las cifras reflejan que son las niñas con edades entre los 10 y los 14 años quienes presentan mayor riesgo de ser víctimas de algún tipo de delito sexual, con 7.648 casos el año pasado, lo que equivale al 40,52 por ciento del total de los casos. Mientras tanto, el 10,65 por ciento de los abusos corresponden a niñas de 4 años o menos; es decir, 2.011 casos. Este número triplica la de los casos de niños (597).
Por otro lado, la ONG cita datos según los cuales el año pasado se registraron 26.985 casos de violencia intrafamiliar en Colombia, y de estos, 10.435 afectaron directamente a niños.
Save the Children llama la atención sobre el hecho de que el 33 por ciento de las veces la violencia es ejercida por los padres y en el 31 por ciento por las madres.
 “Cualquier tipo de violencia en contra de la niñez es inadmisible, y además prevenible. Lo más preocupante es cuando sucede en el contexto familiar”
"Cualquier tipo de violencia en contra de la niñez es inadmisible, y además prevenible. Lo más preocupante es que el contexto familiar, que por excelencia debería ser el llamado a proteger a los niños y niñas, es el ámbito en el que suceden las peores violencias en su contra", afirmó María Paula Martínez, directora de Save the Children.
Y hay más. En lo que concierne a homicidios, en promedio, en Colombia, cada día 2,5 niños son asesinados. "En los casos que se conoce al agresor, un familiar fue señalado del crimen: en 23 ocasiones para asesinatos de niños y niñas en su primera infancia; cinco en la infancia y 12 en la adolescencia", se lee en el documento de la ONG.
"Nos preocupa que muchas de las anteriores conductas han sido legitimadas o permitidas por la sociedad, que las ve como normales. Esto pasa principalmente con situaciones como el trabajo infantil", asegura Ana María Fergusson, directora de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). De hecho, la ONG estima que cada 24 horas, un millón y medio de menores de edad salen a trabajar a las calles del país exponiendo sus vidas.
Para Fergusson, la responsabilidad primaria del cuidado de los niños recae sobre sus padres, pues son ellos "la primera línea de defensa de la familia".
 “La primera línea de defensa de la familia”
"Cuando ellos no cumplen entran a jugar otras instancias, las distintas entidades del Estado que trabajan por los niños, como el ICBF, la Policía de Infancia y Adolescencia y los sectores educativo y de salud", advierte.
Ante este panorama, expertos en infancia como Mario Gómez, ex director de la Fundación Restrepo Barco, se refieren a una deuda del país frente a la Convención de los Derechos del Niño."Las promesas de ese poema jurídico en que se ha traducido la Convención han sido atendidas a medias, en un proceso trunco, como lo pueden acreditar, para citar un solo ejemplo, las más de 600.000 niñas y niños desplazados en los últimos seis años", advirtió.
Actualmente, el ICBF tiene bajo su tutela a 115.000 niños en proceso de restablecimiento de derechos; esto quiere decir que han sido víctimas de amenazas, inobservancia o vulneración de sus derechos en sus hogares. De esos niños, la mayoría (48.000) está entre 12 y 18 años.
El principal motivo de ingreso de estos niños al ICBF es el maltrato, con 25.000 casos. Le sigue el abuso sexual (20.000 casos). En este indicador, señala la entidad, se evidencia una diferencia en los reportes entre niños y niñas, siendo ellas las más afectadas.

En Colombia, cada una hora dos niños son víctimas de abuso sexual

Un informe de Save The Children sobre la situación de los menores en el país latinoamericano encendió las alarmas. La mayoría de los casos de violencia sexual se dan en el entorno intrafamiliar

La mayoría de las víctimas son niñas entre los 10 y los 15 años (istock)
La mayoría de las víctimas son niñas entre los 10 y los 15 años (istock)
Cada sesenta minutos, dos niños llegan a los centros de salud colombianos por haber sido presuntamente víctimas de abuso sexual.Además, cada día, tres menores de edad son abandonados y dos, asesinados, informó el sábado el diario El Tiempo, de Colombia.
Las escalofriantes cifras son parte de un informe publicado por la ONG internacional Save the Children con motivo del Día Universal de los Niños y las Niñas, que se celebra este domingo, y del aniversario número 27 de la Convención de los Derechos del Niño, que fue aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1989 y suscrito por Colombia.
Entre los datos sobre violencia sexual contra menores colombianos que recoge el documento –basado en cifras oficiales de la oficina de Medicina Legal del 2015 y otras instituciones– hay algunos tan aterradores, como que el 75 por ciento de los exámenes que lleva a cabo Medicina Legal para determinar si alguien sufrió este flagelo son practicados a menores de 14 años.
Asimismo, las cifras reflejan que son las niñas con edades entre los 10 y los 14 años quienes presentan mayor riesgo de ser víctimas de algún tipo de delito sexual, con 7.648 casos el año pasado, lo que equivale al 40,52 por ciento del total de los casos. Mientras tanto, el 10,65 por ciento de los abusos corresponden a niñas de 4 años o menos; es decir, 2.011 casos. Este número triplica la de los casos de niños (597).
Por otro lado, la ONG cita datos según los cuales el año pasado se registraron 26.985 casos de violencia intrafamiliar en Colombia, y de estos, 10.435 afectaron directamente a niños.
Save the Children llama la atención sobre el hecho de que el 33 por ciento de las veces la violencia es ejercida por los padres y en el 31 por ciento por las madres.
 “Cualquier tipo de violencia en contra de la niñez es inadmisible, y además prevenible. Lo más preocupante es cuando sucede en el contexto familiar”
"Cualquier tipo de violencia en contra de la niñez es inadmisible, y además prevenible. Lo más preocupante es que el contexto familiar, que por excelencia debería ser el llamado a proteger a los niños y niñas, es el ámbito en el que suceden las peores violencias en su contra", afirmó María Paula Martínez, directora de Save the Children.
Y hay más. En lo que concierne a homicidios, en promedio, en Colombia, cada día 2,5 niños son asesinados. "En los casos que se conoce al agresor, un familiar fue señalado del crimen: en 23 ocasiones para asesinatos de niños y niñas en su primera infancia; cinco en la infancia y 12 en la adolescencia", se lee en el documento de la ONG.
"Nos preocupa que muchas de las anteriores conductas han sido legitimadas o permitidas por la sociedad, que las ve como normales. Esto pasa principalmente con situaciones como el trabajo infantil", asegura Ana María Fergusson, directora de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). De hecho, la ONG estima que cada 24 horas, un millón y medio de menores de edad salen a trabajar a las calles del país exponiendo sus vidas.
Para Fergusson, la responsabilidad primaria del cuidado de los niños recae sobre sus padres, pues son ellos "la primera línea de defensa de la familia".
 “La primera línea de defensa de la familia”
"Cuando ellos no cumplen entran a jugar otras instancias, las distintas entidades del Estado que trabajan por los niños, como el ICBF, la Policía de Infancia y Adolescencia y los sectores educativo y de salud", advierte.
Ante este panorama, expertos en infancia como Mario Gómez, ex director de la Fundación Restrepo Barco, se refieren a una deuda del país frente a la Convención de los Derechos del Niño."Las promesas de ese poema jurídico en que se ha traducido la Convención han sido atendidas a medias, en un proceso trunco, como lo pueden acreditar, para citar un solo ejemplo, las más de 600.000 niñas y niños desplazados en los últimos seis años", advirtió.
Actualmente, el ICBF tiene bajo su tutela a 115.000 niños en proceso de restablecimiento de derechos; esto quiere decir que han sido víctimas de amenazas, inobservancia o vulneración de sus derechos en sus hogares. De esos niños, la mayoría (48.000) está entre 12 y 18 años.
El principal motivo de ingreso de estos niños al ICBF es el maltrato, con 25.000 casos. Le sigue el abuso sexual (20.000 casos). En este indicador, señala la entidad, se evidencia una diferencia en los reportes entre niños y niñas, siendo ellas las más afectadas.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Niños y jóvenes marcharon contra el abuso y explotación sexual

Niños y jóvenes marcharon contra el abuso y explotación sexual


Decenas de niños, niñas y adolescentes, acompañados por varias organizaciones y autoridades distritales, se manifestaron hoy en el Centro Histórico en protesta contra el abuso y explotación sexual a menores.
En el recorrido, los niños y niñas cartageneras exhibían pancartas con mensajes como “Denuncie cualquier situación de abuso contra menores” y “Lo valioso es no tener precio”. La movilización  arrancó desde la Plazoleta de la India Catalina y terminó en la Plaza de la Paz.
Zully Salazar Fuentes, Presidenta Ejecutiva de Corpoturismo,  quien se unió a la marcha, expresó que cada ciudadano debe ser guardián de los niños y jóvenes.
“Estas entidades, la sociedad civil, los empresarios – especialmente quienes están inmersos en la industria local de viajes y turismo- así como el Programa de Gobierno Primero la Gente, ratificamos hoy que no vamos a tolerar el abuso y la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes, y que desde las respectivas instancias lucharemos en la prevención de este delito que acaba con la niñez y futuro de quienes caen en él””.
Salazar Fuentes indicó que desde hace unos años y en asocio con Unicef, y la Fundación Renacer, se creó la  estrategia La Muralla Soy Yo, como estrategia integral de protección, prevención y atención de los niños, niñas y adolescentes explotados sexualmente (ESCNNA), en donde en la actualidad se  trabaja en conjunto con la Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias, el Consejo-Comité Interinstitucional Consultivo Para la Prevención y Atención de las Violencias Sexuales, y la Policía de Turismo.
Adriana Meza, directora del DADIS, afirmó que este tipo de marchas afirman el compromiso con la ciudadanía de proteger a la niñez y a los adolescentes “No podemos ponerle precio a nuestros niños porque no tienen precio y el llamado es anunciar a cualquier tipo de abuso contra nuestros menores”.
Mañana sábado 19 de noviembre es el día mundial de la prevención contra el flagelo de la explotación sexual infantil.

jueves, 17 de noviembre de 2016

A diario se reportan en Bogotá casi cuatro casos de violencia sexualcontra estudiantes

A diario se reportan en Bogotá casi cuatro casos de violencia sexual contra estudiantes
Según cifras de la Secretaría de Educación de Bogotá, hasta agosto pasado se reportaron en la ciudad 874 presuntos casos de violencia sexual contra estudiantes, lo que indica que, en promedio, diariamente se registran casi cuatro hechos de coacción contra menores.
Las estadísticas fueron reveladas este miércoles por la concejal Patricia Mosquera (Partido de la U), a propósito de un debate de control político en el Cabildo Distrital para abordar las problemáticas de trabajo infantil, explotación sexual de menores y acceso a la educación en Bogotá.
Con 132 casos, Ciudad Bolívar es la localidad que suma el mayor número de reportes, seguida de Bosa (116), Usme (83), Engativá (83) y Suba (77).
“Los menores son víctimas de conductas que ponen en riesgo su integridad en escenarios que deben ser protectores. Por ejemplo, en las instituciones educativas e incluso, en sus entornos familiares. Estos son espacios en donde la exposición es preocupante. El indicador que refleja la gravedad de la situación es que en los últimos seis años se han presentado presuntamente 4.065 casos relacionados con delitos sexuales”, alertó Mosquera.
Las cifras de la Administración Distrital advierten además que, en materia de explotación sexual infantil, las localidades de Kennedy, Santa Fe, Mártires y Chapinero concentran el mayor número de casos: 2.113 en los últimos seis años. Ante ello, la concejal prendió las alarmas por la actuación de las autoridades distritales para atender la problemática, en particular el Idipron (Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud).
“La actual naturaleza institucional del Idipron no está armonizada con las necesidades y realidades de este fenómeno. Si bien los procesos de atención se enfocan al desarrollo pleno de oportunidades y competencias, se deja en un segundo plano el acompañamiento judicial como componente para la atención integral y el restablecimiento de los derechos”, agregó.
A su turno, la concejal Gloria Stella Díaz (Movimiento Mira) advirtió que Bogotá se está convirtiendo en foco de turismo sexual y señaló que extranjeros están utilizando las redes sociales para contactar a menores para inducirlos a explotación, abuso sexual, pornografía infantil e incesto.
“La Fundación Amigos Unidos detectó una página web a través de la cual extranjeros están contactando niños para inducirlos y someterlos a abusos sexuales, como es el caso de un español de 51 años que –según investigaciones– visitará la capital en enero y quien utiliza dicha red ofreciendo dinero para contratar niños, prostituirlos y abusar de ellos, y lo más aberrante es que en estos chats se han identificado niños hasta de 13 años”, sostuvo Díaz.
La concejal llamó la atención además por lapresencia de seis adolescentes de origen venezolano, quienes llegaron a la capital a ejercer la prostitución en la localidad de Chapinero, siendo sometidas a explotación sexual.

Una bici contra el abuso sexual


Alrededor de 30 niñas participan en el programa piloto, que combina clases de ayuda psicosocial con rutinas de ejercicio en bicicleta

Una de las participantes en el programa de la Fundación Niñas sin Miedo. N. B.



Algunas bajan las calles no pavimentadas con una sonrisa tímida en sus rostros. A medida que se acercan al punto de encuentro, buscan abrazar a las jóvenes voluntarias que les enseñarán a montar bicicleta o acompañarlas en el trayecto ese día. En Soacha, un municipio ubicado a unos 45 minutos en bus desde Bogotá, la inseguridad reina por lo que niñas y adolescentes de entre siete y 14 años llegan solas corriendo o con sus padres hasta el almacén de bicicletas de la Fundación Niñas sin Miedo.


“Descubrimos que aquí hay dos problemáticas: el abuso sexual y el embarazo de adolescentes”, explica Natalia Espitia, fundadora de la organización sin fines de lucro. Conoció Soacha hace tres años cuando trabajó en proyectos de impacto social en la localidad, cuya gran parte de la población es considerada como estrato 1 (de extrema pobreza) y alrededor del 40% de los habitantes son desplazados del conflicto armado, según calcula el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). De los múltiples barrios de la zona, unas 16.000 niñas y adolescentes forman parte de la demografía vulnerable en Ciudadela Sucre, según datos de la fundación.
“Soacha es uno de los municipios, por detrás de Bogotá, con mayor denuncia de abuso sexual a niñas menores de 16 años en el departamento de Cundinamarca”, cuenta. A ese dato, se suman estadísticas oficiales de 2010 del Departamento de Cundinamarca: Soacha es la localidad con mayores casos de maltrato infantil, violencia en pareja y violencia intrafamiliar.
A pesar del tiempo que llevaba viajando y trabajando en la zona, el reciente reconocimiento de un intento de abuso sexual fue lo que llevó a Espitia a emprender su propio proyecto social para empoderar a niñas en situaciones vulnerables. “No quiero ver que a una generación le pase lo mismo que a mí”, relata.

Mientras investigaba cómo crear su fundación, que comenzó a operar el pasado mes de marzo, la joven comunicóloga aprendió a montar bicicleta y superar ciertos miedos de compartir espacios públicos tras el intento de asalto sexual que le marcó la vida. “Me ayudó muchísimo y tomé la decisión de que la bici iba a hacer bien a las niñas así como me hizo a mí. Tú necesitas equilibrio mental para montar la bicicleta y una vez estas montada, está comprobado a través de la historia que la bicicleta le ha permitido a las mujeres a sentirse independientes y movilizarse”, explica.
Alrededor de 30 niñas participan en el programa piloto, que combina clases de ayuda psicosocial con rutinas de ejercicio en bicicleta. Con la ayuda de la Junta de Acción Comunal de los Pinos, la convocatoria ha tenido buena acogida y se prevé que para 2017 se expanda la iniciativa para capacitar a unas 200 niñas.
Johana, una de las jóvenes participantes asegura que montar bicicleta ha mejorado su confianza en sí misma: "Ellas nos hablan de qué hacer si alguien nos irrespeta [sic]. Me he dado cuenta que tengo derechos y que como mujer me tengo que hacer respetar pase lo que pase. Yo nunca había contado lo que me paso a nadie y ellas me han ayudado a sanar cosas que me duelen".
Según relata Cindy Johnson, directora psicosocial del proyecto, están llevando dos casos de abuso sexual. "Las niñas están denunciando estos casos y en esta comunidad no hay quien los atienda”, dice.
Precisamente, la Fundación se ha aliado con el Instituto de Bienestar Familiar en Bogotá —que reporta diariamente 45 casos de maltrato infantil— para capacitarse y eventualmente poder ofrecer servicios profesionales de psicología en Ciudadela Sucre en un período de dos años. En la localidad, los altos niveles de desempleo, los problemas económicos y la falta de infraestructura y buena vivienda son algunos de los factores que contribuyen a un aumento en los casos de violencia doméstica, intrafamiliar y de género.

Soacha es uno de los municipios con mayor denuncia de abuso sexual a niñas menores de 16 años en el departamento de Cundinamarca

“Cuando ya tenemos casos específicos, sí se realiza un investigación psicológica, se realizan pruebas sobre los diferentes vínculos con la familia”, explica Johnson, quien añade que los talleres, que se imparten todos los sábados, buscan “crear un fortalecimiento desde temprana edad para que ayude a las niñas a entrar a la adolescencia”.
El programa de deporte para el desarrolloincluye clases sobre sexualidad, autoestima, cuidado personal y discusiones sobre cómo identificar y prevenir situaciones de abuso así como crear relaciones interpersonales y familiares saludables.
Son más de cinco las jóvenes universitarias que se han unido voluntariamente al proyecto logrando una mayor conexión con las niñas y adolescentes. “Nosotros tuvimos hombres voluntarios pero yo creo que las mujeres tenemos un sueño de ver una generación vivir algo diferente a la que nos tocó a nosotras”, relató Espitia.
El impacto de este proyecto se verá dentro de unos cinco años, según asegura la joven activista, porque para ese tiempo y con la mira en conseguir los fondos necesarios para implementar el programa a una escala mayor se conocerá si la cifra de embarazos y abusos sexuales ha disminuido o no. “También si las niñas empiezan a hablar, eso significa que había un espacio nulo de diálogo y ahora lo hay”, defendió.
Con sus camisas rosas y bicicletas azules, las participantes del programa recorren el barrio los Pinos con entusiasmo y diversión sin reparar en las condiciones precarias de las casas a su alrededor o la inconsistencia del terreno transitado. Son muchas las que quieren ir adelante por competencia, protagonismo o aventura pero todas comparten una misma sensación de tristeza cuando entregan las bicicletas al fin de la clase y preguntan qué habrá para la próxima.