viernes, 5 de febrero de 2016

Faltan más acciones para atacar la explotación sexual infantil

La explotación sexual de niños y adolescentes en Medellín “está sobrediagnosticada y se ha vuelto paisaje”. El tema debe ir más allá de la atención de los menores que son víctimas del abuso, se requiere avanzar en la judicialización, atacar más las redes de delincuentes, enjuiciar a los empresarios que se valen de los menores para enriquecerse y atacar los sitios donde se practica el abuso.
De igual forma, es necesario fortalecer la familia, los entornos protectores y crear condiciones económicas favorables para desestimular esta práctica en los hogares.
Ayer se reunieron en el Concejo de Medellín corporados, funcionarios, organizaciones no gubernamentales que combaten este flagelo y personas de la comunidad para discutir una problemática que en el mundo afecta a más de 4,5 millones de menores y que en Medellín las cifras dan cuenta de 194, en el último año.
Datos que según los expertos son mucho mayores, especialmente porque las estadísticas no están completas, las personas no denuncian y algunas modalidades no han sido cuantificadas.
Fenómeno invisible
Marcela Zuluaga, subsecretaria de grupos poblacionales de la Alcaldía de Medellín, indicó que “la situación de los menores explotados sexualmente se ha vuelto natural. La sociedad lo permite”, señaló.
Piedad Toro, representante legal de la Corporación Primavera, coincidió con la funcionaria “la sociedad se ha ido acostumbrando. En el imaginario social se considera que se redujo la edad en la cual las personas ejercen la prostitución”.
Manifestó la representante de la ONG que la ciudad naturalizó la explotación sexual de menores y esa es una manera de hacer menos visible la problemática: es un asunto cultural.
Aclaró la ejecutiva que cuando una menor de 16 años está ubicada cerca de la iglesia de la Veracruz, la adolescente no tiene las condiciones sicológicas, para decidir que es una actividad laboral: ella es una víctima. En el caso de las adolescentes, generalmente, no es una decisión de su voluntad, casi siempre está marcada por antecedentes de abuso sexual, violación, explotación en el interior de su familia o, en muchos casos, producto de la adicción.
La concejala, Nataly Vélez Lopera, fue más allá, al solicitar mayor control en los lugares ya identificados donde se realizan las prácticas sexuales contra los menores. Estos sitios, en su gran mayoría, están ubicados en la Comuna 10, Centro, recordó.
Flagelo en aumento
La representante legal de la Corporación Primavera indicó que el fenómeno ha aumentado de forma sustancial en los últimos años. “Su crecimiento está directamente relacionado con la internacionalización de Medellín”.
La Corporación Primavera lleva 27 años trabajando temas relacionados con la prevención de las violencias sexuales. Sobre el tema, la concejala Luz Marina Múnera Medina, denunció que en la Comuna 1, barrio Santo Domingo Savio los combos les “entregan “ los menores a los extranjeros para que se los lleven para el parque Arví. Los miembros de las bandas le informan al visitante que si no devuelve al menor a la hora determinada lo denuncian por secuestro.
“En muchos países del mundo se toman acciones para enfrentar la explotación sexual de menores por parte de los extranjeros y nosotros recibimos muy bien a los foráneos infractores”, se dolió la concejala.
Daniela Maturana, presidenta del Concejo, se autocriticó al recordar que en su trabajo pasado, impulsando la llegada de turistas, no promovió estrategias para combatir la explotación sexual de menores por los extranjeros que visitaban tierra paisa.
La concejala Maturana mencionó que junto a los sectores ya conocidos de la ciudad donde se registra este flagelo, también está el Parque Lleras.
De acuerdo con la Alcaldía de Medellín, los sitios con mayor presencia de la problemática son el sector Prado, Viaducto del metro, Parque de Berrío, Parque de Bolívar, Plazoleta Botero, La 40, Tejelo, Barbacoas, Centro, Clínica CES, Enciso, Estación Villa, San Antonio, San Diego y el municipio de Santa Fe de Antioquia.
Piedad Toro, quien también es miembro de la Corporación Amiga Joven, indicó que es positivo adelantar estrategias de atención a las víctimas, pero también es necesario atacar a los empresarios que se enriquecen con esta práctica ilegal.
Caracterización
Los datos que reflejan la situación de los menores dan cuenta que en el 2015 fueron atendidos 194 menores víctimas de la explotación sexual comercial, según la Secretaría de Inclusión Social. Los menores violentados tienen edades entre 10 y 17 años. De los 109 menores registrados, el mayor número, 32, tiene entre 15 y 16 años. La mayoría de los menores 36, forma parte de una familia monoparental materna. Es de anotar, que la caracterización se tomó de una muestra de 109.
El consumo de drogas no es ajeno a ellos, y según las cifras de la Alcaldía de Medellín, 98 de los 109 menores atendidos consumen sustancias sicoactivas (64 mujeres y 34 hombres).
Luz Marina Múnera, concejala, pidió comprensión para los menores consumidores “ ellos recurren a las drogas para poder sortear las situaciones difíciles que deben soportar por los adultos que los violentan”.
La mayoría de los chicos son oriundos de Medellín, pero también los hay de otros municipios de Antioquia y de localidades fuera del departamento.
Mostrando la diversidad de cifras existentes en el recinto de la corporación se informó que entre 2011 y 2015 se atendieron 745 casos. De estos, 355 correspondientes a la comuna 10. Además, 44.500 casos fueron atendidos por las comisarías de familia en el período 2012-2015.
Retos
Para los expertos, la familia debe proteger a los niños y asumir su rol protector.
El Estado es el garante y debe adelantar estrategias para prevenir. Las corporadas pidieron más acciones preventivas en las instituciones educativas y en los barrios.
El Estado debe adelantar estrategias para prevenir y evitar que las menores enfrenten este tipo de situaciones. “La mejor manera de prevenir es generar empleo para padres y cabezas de familia. De lo contrario, será un círculo vicioso, porque el único ingreso familiar es la explotación sexual de esa menor”, dijo Piedad Toro.
Señaló que el Estado debe entender el fenómeno más allá de lo moral, debe generar opciones de empleo. El tema no se reduce a generar mayor número de internados ni más intenciones. “Si la menor sale del internado y en su hogar no hay ingresos. No encuentra condiciones laborales, volverá al sitio como víctima de la explotación sexual o a ejercer la prostitución de 15, 18 o 20 años”.

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